viernes, 22 de abril de 2016

DIA DEL LIBRO


                                                 



 LUCAS: Esta es la historia de un genio
que en el pasado milenio
hacía brillar el sol
con su do, re, mi, fa sol.

AYA: Fue Mozart un bebé tierno
que llegó al mundo en invierno
y cuenta quien allí estaba
que en vez de llorar,
cantaba.

 

CARLA: Mientras los niños de al lado
jugaban a ser soldados
con espadas diminutas,
él movía la batuta.



PABLO: Con seis años, el pispajo,
iba ya de arriba abajo
tocando, ¡vaya trajín!,
el piano y el violín.

LOLI: El éxito era rotundo:
¡le aplaudía todo el mundo!
y dejaba boquiabierto
al que oía su concierto.
IMAN: Era Amadeus menudo,
muy gracioso y narigudo,
aprendía muy deprisa
¡y todo le daba risa!

AROA: Nannerl llamaba bufón
al niño alegre y burlón:
“este hermanito me asombra:
¡se ríe hasta de su sombra!”

DAVID: Como el niño concertista
era guasón y bromista,
tocaba con la nariz:
¡tocando era tan feliz…!

ALBA: De cara airosa y simpática,
amaba las matemáticas.
Era un infante brillante
con memoria de elefante.

ANA: Cumplidos los ocho años
aunque nos parezca extraño,
Mozart compuso un buen día
su primera sinfonía.

HOUDA: Dentro de su cocorota
bailaban cientos de notas
y formaban todas ellas
las melodías más bellas.

JULIO: Ya daba la serenata
con sus óperas, sonatas,
sinfonías y cuartetos:
¡era un artista completo!

MARCOS: Después de muchas andanzas
se enamoró de Constanza.
Juntos pasaron la vida,
pobre, pero divertida.

DANIEL: Amadeus con maestría
componía noche y día,
una música excelente
que fascinaba a la gente.

FRAN: Su existencia musical
tuvo un oscuro final,
pues murió de modo extraño
con sólo treinta y seis años…

ANA: Aunque Mozart, a su modo,
No se fue nunca del todo:
está aquí y todo lo llena
cuando su música suena.

CARLA: Su música, ¡qué delicia!,
mima, envuelve y acaricia,
se cuela directa al centro
y hace cosquillas por dentro.


















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